El 25 de mayo del 2022, el Gobierno anunció que aprobó la ley que permitirá el retiro del 100% de la CTS, proyecto que fue presentado por la bancada de Fuerza Popular con el objetivo de permitir la disponibilidad de la CTS para enfrentar el impacto económico negativo que viene ocasionando la pandemia de COVID-19, ante esto se han escuchado diversos comentarios y análisis de laboralistas que alegan que la medida tiene beneficios, y algunos que la alegan que el impacto negativo será mayor, porque es una medida populista, sin planificación y sin sentido, para esto debemos de primero entender que la Compensación por Tiempo de Servicios (CTS) es un beneficio social por la cual la empresa otorga al trabajador una suma de dinero, este beneficio es depositado dos veces al año (en mayo y noviembre) con el objetivo de que el trabajador pueda constituir un fondo que le permita hacer frente a las futuras contingencias que puedan ocurrir luego de la extinción del vínculo laboral, cubrir sus necesidades y las de su familia mientras intenta reincorporarse al mercado laboral.
A simple vista esta autorización de retiro es favorecedora para todos aquellos afectados económicamente por la pandemia, porque facilita a los trabajadores tener una liquidez inmediata para que se vean satisfechas sus necesidades básicas, como lo es la salud y alimentación. Por otro lado, también tenemos que esta propuesta ha surgido de sus inicios para impulsar la economía que no ha sido favorable en los últimos años, además el dinero destinado sería para consumo y ello ayudaría al proceso de recuperación económica. Sin embargo, es preciso preguntarnos si con ello solo estamos pensando en el presente y no en el futuro. Es cierto que por el momento todos piensan en el ahora debido a la situación económica, sin embargo, con el retiro también pondrán en riesgo su futuro económico, ello porque recordemos que eventualmente los trabajadores se quedarán con una pérdida de empleo y no tendrán sustento alguno con el que cubrir sus necesidades, quedando en una crisis económica.
Además, cabe precisar que a lo largo de los años la cifra de la población económica informal se ha mantenido aproximadamente en un 70%, trabajadores que no se verán beneficiados con el retiro de la CTS. Ante ello queda claro que esta normativa no beneficia a la mayor parte de la población afectada, sino más bien sólo a una pequeña parte de ella. Aunado a ello, el sistema financiero no sería una excepción a los riesgos de este retiro, siendo que, la CTS es un fondo por lo general de largo plazo, y cuando se haga el uso y retiro absoluto de ella bruscamente, los bancos buscarán otras alternativas para cubrir este retiro abrupto del CTS, y una de las posibilidades que las entidades bancarias suban sus tasas de interés generando una dificultad al sistema financiero.
Entonces podemos concluir que esta medida debería ser usada con el mayor de los cuidados por las repercusiones que podría traer el retiro generalizado, para ello recordar que el retiro del 100% de la CTS es facultativo, el Estado está dando la posibilidad a estos trabajadores de poder sacarla, no les está obligando, porque la CTS es un instrumento que busca la protección ante un despido imprevisible, por lo que el salvaguardarlo y usarlo con cautela debería ser la prioridad de todo trabajador.
Elaborado por: Sheila Milagros Coaquira Pinto y Luz Delia Olivera Barrantes
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