Es una gran incógnita porque las prisiones (o también llamadas cárceles) representan un problema más que una solución en la sociedad, en primer lugar, debemos definirla, una cárcel es un lugar autorizado por el Estado donde se priva de la libertad a personas que han cometido un delito; su principal objetivo según la Constitución Política del Perú en el numeral 22 del artículo 139º es la orientación hacia la reeducación, rehabilitación y reincorporación del penado a la sociedad, sin embargo debemos preguntarnos: ¿Se cumple este fin? ; según el Instituto Nacional Penitenciario, la cual es una institución pública y la encargada de la administración del sistema penitenciario nacional, existen 67 establecimientos penitenciarios activos a nivel nacional (esta data fue proporcionada en el 2020).
La cantidad de cárceles es sorprendente, no obstante, la pregunta que aparece es: ¿Cuántas personas están privadas de su libertad?, según el Instituto Nacional Penitenciario en diciembre 2017, la población penitenciaria alcanzó 85 mil 811 internos e internas en todos los centros penitenciarios del país, aumentaron 3 mil 788 con relación a diciembre 2016 y con ello también debemos mencionar que el 41,0% de los reclusos están procesados (as) y el 59,0% está sentenciados (as), los delitos que más se cometen son aquellos que atentan contra el patrimonio; de la misma forma debemos de mencionar que a diciembre 2017, siete de cada 10 personas recluidas ingresaron por primera vez a un establecimiento penitenciario; en tanto que, 3 de cada 10 tenían 2 a más ingresos, esto quiere decir que existe reincidencia en cuanto a la comisión de delitos y no solo eso, sino que las estadísticas nos demuestran que cada año la población penitenciaria aumenta, lo cual desemboca en una sobrepoblación carcelaria la cual es imposible de controlar y hace difícil concretar la reeducación de todos los presos en la misma medida.
Ahora bien, en la realidad de nuestro país, surge la incógnita: ¿Realmente las cárceles cumplen con el fin para lo que fueron creadas?, tenemos el concepto que la principal finalidad de las cárceles es el aislamiento o separación social y también evitar la reincidencia en el delito, usando medios biológicos, psicológicos, psiquiátricos, educativos, sociales, laborales, entre otros; y así obtener el objetivo de la ejecución penal. Pero, actualmente no se vienen cumpliendo con los fines para lo que fueron creadas o no se cuenta con la suficiente ayuda para lo que fueron creadas; muchas veces las personas vuelven a reincidir; es decir la persona que cometió un nuevo delito, este haya sido condenado previamente por otro delito de igual o de la misma naturaleza. Por ende, no siempre las cárceles cumplen con la finalidad por la que fueron creadas.
La problemática carcelaria es una figura de la cual no se ha tomado con tanto énfasis a comparación de otras áreas en el Derecho Penal. En el 2017, se creó el programa “Cárceles Productivas”, este se emitió el Decreto Legislativo Nº 1343 que busca regular y fortalecer el tratamiento penitenciario y post penitenciario, a través de la promoción y desarrollo de actividades productivas que permitan lograr la reinserción laboral y contribuir a la resocialización de la población penitenciaria. El 33% de la población penitencia que participa en este programa da a una cifra favorable, pero aun hay un gran porcentaje que no se llega a cubrir; solo el 0.15% que ha participado en este programa, se encuentra en la población post penitenciaria, lo cual demuestra el alto nivel de eficacia en cuanto a la reinserción social.
Elaborado por: Holguino Arosquipa, Nayely Estefany; Ramos Patiño, Clarisa Reyna Imelda
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